En épocas estivales el calor y la humedad suelen agobiar cuando la temperatura constante se ubica en los promedios de los 30 a los 38 grados. El ideal recomendado –según la ubicación geográfica- está en los 22 a los 24 grados de temperatura.
Hay muchos sistemas de refrigeración, algunos tradicionales se realizan por medio de ventiladores o forzadores de aire pero estos dejan de ser efectivos cuando la temperatura es demasiado elevada por solo arrojar sus paletas o aspas aire caliente que en vez de refrigerar eleva más la temperatura corporal.
Los equipos de aire acondicionado pueden ser de instalación individual en determinados ambientes o en toda la casa en general manteniendo –en lo posible– una temperatura estable que ronde los 24 grados.
Bajar en demasía la temperatura de un ambiente interno es perjudicial para la salud por el sofocón que se puede sentir de pasar del interior refrigerado al exterior donde puede haber más de 15 grados de temperatura de diferencia.