En algunos países al profesional que realiza instalaciones sanitarias se lo conoce como plomero y en otros como fontanero. La denominación de “plomero” deriva que las primeras instalaciones de conexión de agua potable se realizaban por medio de caños de plomo que fueron reemplazados por los de hierro galvanizado, de aleaciones de bronce, acero inoxidable, materiales plásticos, teflón o de caucho. El plomo tiene elementos contaminantes que afectan la salud y ese es uno de los motivos que en muchos países está terminantemente prohibido realizar conexiones con caños de plomo en las redes proveedoras de agua potable.
Los nuevos materiales permiten realizar las instalaciones sanitarias de provisión de agua y de desagües a las redes cloacales de forma mucho más rápida, económica y sencilla. Algunos caños de aleación de bronce se sueldan, y los de plásticos pueden ser conectados por medio de termo-fusión, pegados con adhesivos especiales o roscados.
Los nuevos materiales de caños de provisión de agua potable son más higiénicos y no forman sarros y óxidos que contaminen el agua que por ellos circula. Las instalaciones realizadas para los desagües de los líquidos descartados con los nuevos caños agilizan la corriente al no permitir la adherencia de suciedades y grasas. Estos detalles y ventajas de los nuevos caños son bien conocidos por los plomeros que los prefieren por la forma rápida y eficaz de instalación. La durabilidad de los nuevos materiales supera diez veces a los caños tradicionales de plomo o hierros galvanizados tradicionales de agua potable y a los caños de fundición, cemento o de barro cocido utilizados en las descargas de aguas cloacales.