La mayoría de los materiales sufren deformaciones, algunas producidas por temperaturas, otras por estiramientos y otros por moldeos de prensas. Hay materiales elásticos especialmente preparados para la deformación y cumplen con la función para la que han sido creados como los de caucho o materiales sintéticos especiales. Los resortes de acero sirven de amortiguadores por deformación de presión y expansión. Las deformaciones de los materiales metálicos –en la mayoría de los casos- se producen por medio del calentamiento extremo que facilita su moldeo o tratamiento.
En algunos casos los metales se deforman o modifican por medio de golpes o estiramientos como es el caso de los alambres que por el paso de distintos rodillos de presión van disminuyendo su espesor hasta lograr la medida buscada. Los golpes de balancín o de martillo sobre los distintos metales permiten moldear el material a la forma determinada.
El aluminio se puede deformar por presión circular logrando que un tejo de 5 milímetros de espesor y 30 de circunferencia se convierta en un tubo hueco de 20 centímetros de largo con paredes de décimas de milímetros. El caucho está especialmente preparado para soportar deformaciones y luego volver a su estado original y el más sencillo ejemplo son los neumáticos de los automotores. El caucho y los materiales plásticos son específicos y la mayoría de las maquinarias tiene piezas de estos materiales en funciones vitales y especificas. Los parachoques de los autos de la actualidad tienen armazones que absorben los golpes para volver luego a su estado natural gracias a los compuestos combinados de cauchos y plásticos.