El plomo es uno de los metales que más abunda en el mundo y el primero que el hombre utilizo para distintas aplicaciones. Su composición maleable y la posibilidad de fundirse a baja temperatura y su abundancia convirtieron a este metal en uno de los preferidos de la antigüedad donde inclusive se realizaban libros con finas hojas de plomo, medallones, esculturas, techados, mascarones y otros muchos elementos más que tenía al plomo como material principal. En la antigua Roma se encontraron bañeras de maderas cubiertas con láminas de plomo y cañerías de agua del mismo material.
La llegada de la imprenta y la posibilidad de los tipos móviles de letras fueron posibles gracias al plomo fundido en moldes formando letras y números en distintos tamaños. Hasta no hace mucho tiempo atrás las linotipos que formaban líneas de textos corridos para la impresión de diarios, revistas, afiches, etc. con distintos grupos de letras utilizaban al plomo como materia prima. La posibilidad de estiramiento y doblado del plomo lo hacen ideal para cubrir determinadas instalaciones como los cables de teléfono, televisores, computadoras y otros aparatos electrónicos.
Otras de las virtudes y propiedades del plomo es que es incorruptible a determinado tipo de ácidos como el sulfúrico y el clorhídrico. El plomo también se utiliza en las industrias que se dedican a la fabricación de pinturas aunque en estos tiempos se pretende evitar su uso debido a su alto poder contaminante por ingesta. Las propiedades de densidad de este material lo hacen apto para protección contra los rayos “X” actuando como eficaz blindaje contra la radiación.