El proceso del conocimiento comienza en los primeros instantes después del nacimiento. Incorporamos conocimientos por los sonidos, por aromas, por colores, por el tacto, y por los sabores. El bebe tiene necesidades básicas de alimentación y el aroma de la madre y el sonido de su vos los relaciona con la fuente de saciedad de su apetito y del placer de sentirse protegido y contenido. Este proceso de conocimiento básico es natural y no provocado al que luego se le incorporan los aprendizajes con la orientación y tutela de sus mayores como hablar, caminar, comer por sus propios medios y controlar los esfínteres.
El proceso de conocimiento comienza en los primeros instantes de la vida y solo se termina con el último aliento. Todo es fuente de conocimiento e información algunos incorporados por experiencias propias y otros por medio del estudio. El proceso de conocimiento incorporado por la experiencia sirve para corregir errores o para nunca volver a intentar algo que nos dio resultado traumático o negativo.
Los datos generan información que es procesada por el intelecto donde también participa el instinto para luego tomar una determinación o ejecutar una acción. Los procesos de conocimientos incorporados por medio de los estudios necesitan irremediablemente la vivencia de la experiencia propia y de la práctica constante para lograr un resultado positivo. Los procesos de conocimientos nos permiten realizar un diagnostico, preparar una estrategia, tomar una determinación o ejecutar una acción. A mayor cantidad de conocimiento incorporado mejor podrá ser el diagnóstico y la ejecución de las acciones que lleve a un resultado positivo y con menor margen de posibles errores.
