Antes de comenzar cualquier tipo de edificación hay que hacer un análisis del suelo para saber con exactitud el tipo de resistencia que tiene el mismo. Hay distinto tipos de suelos, rocosos, arcillosos, arenosos, mixtos, secos, húmedos, estables e inestables para todo los tipos de suelos hay un concepto de anclaje determinado para hacer posible la estabilidad de las construcciones. Los pilotes de control se instalan a distintas profundidades según el tipo de suelo y las cantidades de pilotes, sus diámetros y distancia entre anclajes depende de la construcción que sobre ellos se instalará.
El pilote es el que absorbe el movimiento vertical de la estructura y su instalación en el terreno se puede realizar por medio de una perforación previa para luego introducir en él el pilote prefabricado rellenado los espacios libres entre el pilote y el terreno con concreto al que se le aplican vibradores que hacen que la composición cubran todos los sectores sin dejar posibles burbujas de aire.
Otra técnica de pilotar es la de enterrar el pilote por medio de máquinas que aplican golpes sobre el mismo hasta enterrarlos totalmente. Esta técnica solo es posible en terrenos blandos y con humedad relativa que permite la penetración de forma perfecta. En la actualidad hay equipos computarizados que analizan el terreno de forma perfecta en cuanto a composición de las primeras, segundas y terceras capas del terreno, solidez, humedad y compactación dando los parámetros adecuados indicando que tipo de técnica de pilotaje es la más adecuada, la cantidad y distribución de los pilotes a instalar según el tipo de edificio a construir.
