Cuando en un plano aparecen figuras contrastadas el ojo y la mente se confunden, en un primer instante las figuras blancas dominan el espacio y el ojo las empieza a identificar pero al instante de seguir mirando las imágenes las figuras negras se superponen haciéndose presentes. Las semejanzas se pueden dar en figuras geométricas o en dibujos de paisajes, flores, personas o animales en una o tres dimensiones según sean las fotos o los dibujos.
Los dibujos planos de una dimensión juegan con los colores y las formas con la intención de crear dos o tres imágenes distintas según se mire. La ley de semejanzas tiene como ejemplos clásicos al cubo de Necker y el jarrón de Rubin como percepciones multiestables. Dentro de la denominada ley de la semejanza se encuentran definiciones como la Ley de cierre – que es un dibujo realizado por puntos o rayas cortas dejando espacios libres entre los mismos que la mente automáticamente cierra formando un dibujo integrado– y la Ley de proximidad –que es la de agrupar visualmente en un solo sector a los elementos iguales o semejantes que están separados-.
Otras consideraciones sobre semejanzas son las de pintar o dibujar sobre distintas superficies móviles figuras de animales, flores o pájaros como una forma de integrar elementos dispares en una imagen dual. La Ley de semejanza tiene distintos principios de los cuales podemos destacar al Principio de dirección común, Principio de simplicidad, Principio de relación entre figura y fondo, Principio de igualdad y equivalencias, Principio de cerramiento y el Principio de experiencia acumulada. Cada uno de estos principios tiene sus respectivos fundamentos.