Las aglomeraciones urbanas se suelen dar en las grandes ciudades y en los poblados donde los habitantes se aproximan para lograr oportunidades laborales. En las grandes ciudades las construcciones de altura suelen ser –en alguna oportunidad- la única opción y se realizan con planificación inteligente para no saturar los servicios esenciales y sin ocupar los espacios libres destinados al esparcimiento y a la oxigenación por medio de las plantas. Uno de los principales problemas de las aglomeraciones urbanas de las grandes ciudades es la polución provocada por los gases de los automotores que por sus calles circulan. Las redes eléctricas, las cañerías de aguas potables, los sistemas de aguas cloacales y las cañerías de gas son constantemente renovadas o ampliadas para que no colapsen por el mayor consumo.
Hay ciudades donde se planifica el crecimiento y en otras –muchas de ellas latinoamericanas- este detalle no es tenido en cuenta y el crecimiento de poblaciones ocupando terrenos o aptos por ser bajos y anegables o estar contaminados por tóxicos o desechos industriales ocasionan innumerables problemas para quienes habitan esas tierras como así también a las poblaciones cercanas legalmente instaladas.
Las aglomeraciones urbanas sin planificación previa es uno de los principales problemas que afrontan algunos países que en oportunidades pagan muy caro la imprevisión de sus gobernantes que no saben evaluar los perjuicios futuros de una urbanización desprolija y no controlada. Las instalaciones eléctricas se recalientan y se queman por exceso de consumo, la provisión de agua potable no es suficiente y algo similar sucede con el gas además de no procesar como corresponde los desechos que la población produce que en algunos casos llegan a 1,5 kilogramo por habitante.