Analizar la estructura del suelo es fundamental para cualquier proyecto que sobre el mismo se quiera realizar. En los campos destinados a la producción agrícola se analiza la composición del suelo en cuanto a la salinidad, nivel de humedad, posible erosión y la fertilidad de su humus para saber con exactitud cuáles son los productos apropiados a sembrar en esos terrenos y la rotación adecuada de las distintas plantas para no agotar la fertilidad natural.
En el caso de la realización de grandes edificios, represas, o puentes se analiza cómo están instaladas las placas tectónicas subterráneas y el desplazamiento de las mismas para saber si son estables o si su movimiento pueden provocar temblores telúricos que afecten las estructuras que sobre el terreno se instalaran.
Hay suelos rocosos firmes, arenosos inestables, saturados de humedad y para cada caso hay una técnica especial de construcción para que no se afecte la estructura de las construcciones que sobre el suelo se edificarán. En la actualidad los satélites espaciales tiene instrumentales que pueden analizas a distancias las distintas condiciones de los suelos por medio de la coloración y de la temperatura que irradia recomendando a los agricultores el tipo de siembra que les es conveniente plantar e inclusive suelen aproximar el rinde de la producción por hectárea.
En el caso de las grandes obras como represas, canales, puentes y otras grandes estructuras los satélites especializados en el análisis del suelo suelen enviar informes sobre el lugar adecuado para realizar determinados proyectos. Desde las grandes obras hasta la construcción de una casa sencilla siempre hay que analizar el suelo antes de comenzar la obra para evitar posibles inconvenientes.