El artista plástico Raúl Losa afirmaba que el espacio dentro de una obra pictórica era tanto o más importante que las formas y los colores. Los espacios separan, dividen y hacen que cada elemento se pueda lucir en su totalidad al no verse pegado o involucrados con otras formas que le pueden hacer perder presencia. En la arquitectura moderna los espacios amplios hacen que las construcciones tengan una estética y belleza particular donde cada pared, ventanal o puerta está ubicada y remarcada por los espacios que la rodean.
El espacio arquitectónico tiene la virtud de estar presente para que los elementos no se amontonen y un muro solido totalmente blanco entre otras dos superficies de otras tonalidades más oscuras se puede convertir en un espacio virtual a pesar de estar presente. Los grandes ventanales y los portones lisos y planos que acompañan a toda la arquitectura también pueden ser espacios separadores.
“Darle aire” a una construcción significa jugar con los espacios libres para que todo el edificio tenga una sensación de libertad. Cuando los espacios desaparecen y la construcción se amontona sin espacios libres la sensación de ahogo se hace presente y el lucimiento de obra se diluye.
No solamente en el exterior del diseño de la propiedad tiene que tener espacios libres, el interior de cada ambiente también merece ser tenido en cuenta donde la luz natural y los muebles perfectamente ubicados de forma separada y con colores armonizados juegan un rol de vital importancia. Una habitación “limpia” de ornamentaciones pesadas y con colores equilibrados colaboran para que el espacio se haga presente como un elemento decorativo más.
