Muchos de los diseños tienen un origen que se remontan muchos años atrás en la historia. El diseño clásico conocido como la “Flor de lis” que ornamenta distinto tipo de elementos desde frentes de casas, monumentos o edificios, rejas, muebles, joyería y otros muchos artefactos fue en el pasado y es en el presente un elemento decorativo que con sus distintas formas sigue estando vigente. La Flor de lis se remonta a las Puertas de Istar en la Mesopotamia construidas por Nabucodonosor II en el año 575 a.C.
La Iglesia católica y la heráldica francesa también incorporaron este elemento de diseño para decorar o engalanar distintas construcciones, muebles y escudos. Algunos elementos de diseño tienen una personalidad tan definida que a lo largo de la historias se siguen utilizando como el ejemplo de la Flor de Lis algo similar sucede con el León, la Cruz y el Águila.
En el presente los elementos de diseño tienen características más sintéticas y abstractas, esta característica se puede apreciar en la gráfica, en las decoraciones de edificios, en los estampados de las telas para vestidos, en las remeras, en los calcos, afiches y en todos los elementos donde el diseño pueda estar presente decorando o engalanando algún elemento. Los diseños varían de acuerdo a la época y algo similar sucede con los colores donde las preferencias pueden cambiar según la moda. Los diseños pueden recorrer el camino de las preferencias simétricas con colores primarios perfectamente combinados según el círculo cromático o transitar por el estilo inocente -o naif- de formas caprichosas e irregulares con colores mezclados que provoquen impacto visual.