El descontructivismo al igual que el minimalismo son técnicas que rompen con la tradición clásicas de construcciones de casas y edificios. Líneas cruzadas, áreas insólitas de espacio y luz, planos inclinados y diseños alocados son las características primordiales del descontructivismo que no tiene referencias sobre otro tipo de construcciones del pasado donde los volúmenes, formas y los espacios estaban perfectamente equilibrados en búsqueda de armonía y estética.
El desconstructivismo tiene inicios en la época de los años 1980 y tiene como referencia el concepto de formas no rectilíneas y alejadas de los mandatos de la geometría de Euclides.
Este tipo de construcción suele destacarse de forma sorprendente cuando está instalada entre edificios de líneas clásicas que colaboran para que este estilo ornamental no tradicional se destaque notablemente. El descontructivismo también se aplica en el mobiliario interno de las casas donde los muebles parecen desafiar el equilibrio y sus formas caprichosas parecen una asociación entre este estilo y el de la austeridad minimalista.
Los desequilibrios geométricos son la base de este estilo innovador de construcciones que se destacaron en las presentaciones de la exposición realizada en los años 1988 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York donde participaron los diseñadores y arquitectos Frank Gehry, Daniel Libeskind y Rem Koolhaas entre otros prestigiosos creativos. Una de las características de esta tendencia moderna rechaza por completo las ornamentaciones superfluas y las decoraciones innecesarias para que la línea de desequilibrio geométrico sea el principal eje de atención. El descontructivismo se instala entre la tendencia del modernismo y el postmodernismo creando un nuevo e innovador espacio dentro de la arquitectura.