El consumo activo es el que se realiza de forma necesaria como los alimentos, la indumentaria, los artefactos para el hogar, los medicamentos, los artículos de limpieza, etc. Muchas veces la adquisición de algunos artículos que no son tan imprescindibles sufren postergaciones de acuerdo al presupuesto familiar y a las posibilidades de la compra por medio de créditos otorgados por las firmas fabricantes, por préstamos bancarios o de tarjetas de crédito con posibilidades de financiación en cuotas.
El consumo activo se tiene en cuanta para medir las economías regionales, de sectores o para estimar el cálculo que se realiza para medir los niveles de consumo de la población.
El consumo activo de la población muchas veces marca la tendencia y las preferencias sobre determinados artículos o servicios. El consumo activo sobre los servicios esenciales de agua, gas, energía eléctrica y teléfono se regulan economizando su uso si estos son servicios medidos y la facturación de los mismos se efectúa por consumo realizado.
En muchas oportunidades los consumos activos de la población fluctúan cambiando marcas de productos por diferencias de precios. A igual calidad y cantidad muchas veces los consumidores inclinan sus preferencias por los productos de menor costo y este detalle obliga a las firmas fabricantes a realizar un profundo análisis de sus costos de elaboración para poder conquistar nuevamente al consumidor habitual. La conquista del consumidor es una constante lucha donde las firmas productoras intentan conservar al cliente habitual y seducir al que suele comprar las marcas competidoras. En todos los casos la ecuación es simple hay que fabricar productos de mejor calidad que la competencia y al menor precio posible.